domingo, 24 de agosto de 2008

La obra del futuro


Solamente somos un grupo de personas que todavía busca construir la creencia de que el cambio se nutre de la fuerza esperanzadora de nuestros brazos. Ellos son la dinámica de los tiempos y la obra del futuro.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Puedes dejarte el conchero puesto


En un foro de debate e intercambio entre varones gays, un forista abrió el hilo de discusión: “¿Afeminados o masculinos? ¿Cómo te gustan?”. Con el consabido atractivo que ejercen sobre nosotros las opciones (siempre sin grises), muchos fuimos los que votamos. El total de votos, para ser exactos, fue de 526. Lo llamativo, en cambio, son los resultados. Un 96,96% de los foristas optó por los hombres masculinos, es decir, 510 personas, para ser exactos. Sólo 16 fueron los que votaron “afeminados”, representando un 3,04% del total.
La marcada diferencia entre las dos posibilidades entiendo que resulta representativa de una tendencia que es social y que se manifiesta, de este modo, en el colectivo gay: la violencia o fuerza coercitiva que ejerce la construcción del "macho", en un modelo social falocéntrico. Tal es así, que las distintas formas de poder son simbolizadas con la sugestiva forma de un cetro o una espada o la pluma (la que escribe, no la que se revolea).
La organización de nuestra realidad consiste en diversos planos como el político, el económico y las estructuras sociales, entre otros. Dichas estructuras, incluyen, además de los modos de relación (con sus consecuentes jerarquías), los diferentes pactos de significación y representación simbólica colectiva. Estos modos de significar construyen el poder y, a partir de ellos, éste funciona y ejerce su verdadera presión. El resultado es la naturalización de las categorías que impone. El propio significado (siempre una representación imaginaria) se borra a sí mismo. De este modo, construcciones que son sociales y potencialmente modificables, en tanto históricas, se vuelven inmutables.
La educación pública, nacida bajo el lema de la “libertad, igualdad, fraternidad” (ficción burguesa que nos daría a todos similares porciones del poder político, económico y social), es uno de los mecanismos más funcionales a la reproducción del orden imperante en sus distintos niveles. El aprendizaje de la organización política y económica y sus roles, instituciones y modus operandi se incluye en las currículas de Educación. ¿Pero qué pasa con las formas de la organización social? ¿Dónde se establecen esas relaciones de poder? "La familia es la base de la sociedad" repiten las maestras (casi siempre mujeres, claro). Y esa familia luego es dibujada por los niños en sus cuadernos de clases. Papá, mamá y los nenes. En algunos casos el perrito o el gato y la casita de fondo. Felicidad garantizada y el amor, siempre tan “universal”, garantizando las buenas intenciones de la educación.
¿Qué se esconde atrás de esas formas que aparecen en los esquemas de contenidos de la educación de manera tan insistente? La fijación de los distintos roles interpersonales parece materializarse en los garabatos infantiles. Papá maneja, trabaja, mantiene la casa. Mamá, en cambio, prepara la comida, mantiene todo limpio y mira, muy apasionada, telenovelas que apelaban a sus sentimientos y las formas de representación del amor, interés definido como femenino casi por unanimidad. Si bien algunas pautas de este modelo han ido cambiando en estos últimos tiempos, pareciera que, al menos, papá sigue manejando el mejor de los autos que hay en la familia (si hay más de uno) o que mamá usa el auto sólo cuando papá no lo necesita. Además, mamá mira sus novelas en la medida en que papá no haya llegado de trabajar y, siempre y cuando, no haya ningún partido de fútbol, que se impone inexorablemente sobre los gustos de cualquiera. El terreno del trabajo es un poco diferente. Mamá trabaja en casi todos los casos, a veces más que papá, porque, claro, todavía hoy en muchos trabajos a las mujeres se les paga un poquito menos que a los varones. El cambio de estas formas de poder y jerarquía social entre el hombre y la mujer que determinan el patriarcado es paulatino y el hombre no parece del todo dispuesto a entregar la carga de valor simbólico que lleva entre las piernas. ¡Para ser papá y para ser mamá hay que ser de una determinada manera! Y para ser dignos hijos de mamá y papá, ¡también!
La reproducción de los modelos de hombre y de mujer se ejerce y construye desde adentro de la familia. Los varones, luego de ostentar todo tipo de ropas celestes y azules, son anotados en escuelas de fútbol y demuestran sus “huevos” a través del deporte. "¡Qué salvajes estos chicos! ¡Qué vagos!". Las nenas, por el contrario, tienen inmediato acceso a todos los elementos necesarios para ser mamá: bebotes, ollitas de todos los tamaños y formas, kits para jugar a la maestra y un acceso más limitado a los deportes que, por supuesto, no incluye el fútbol. La formación de nenas y varones, con sus variantes, tuvo su basamento en las formas de la organización familiar. Esto logró cierta perpetuidad de estos modelos a través de las décadas, que sólo van variando a fuerza de lucha.
Si bien el gusto es, ante todo, una categoría subjetiva, está demostrado que hay también un entrenamiento y formación del mismo. No es producto de la “tan sensata naturaleza” el hecho de que a un gran porcentaje de las mujeres les “gusten” las novelas rosa. Tal es el caso de que al 99% de los hombres les "atraiga” tanto el fútbol. Es evidente que la educación y la exposición a determinado tipo de espacios favorece la “predilección” o, mejor dicho, construye una imposición bajo el sutil disfraz de lo "elegido".
Las significaciones sociales sobre un varón deseable o sobre una mujer deseable se enseñan a los niños desde bien chiquitos. Los cánones de belleza masculina (flaco, rubio, sin nariz grande, blanco, de ojos claros, canchero, hábil para el deporte) y femenina (muy flaca, bien rubia, nariz pequeña, blanca pero tostada por el sol, de ojos claros, canchera pero menos que él, poco hábil para el deporte) se incorporan de este modo. Luego los reproduciremos con iteración. Esto constituye la ficción más grande de nuestro sistema. Creemos elegir lo que nos viene impuesto. Asumimos como propias categorías que nos enseñaron como tales.
La imagen del gay y la lesbiana no responde a estas enseñanzas “tan bien” impartidas. La loca, tan femenina, a veces conventillera, torpe para el deporte, maltratada por los pares, sensible (aunque generalmente un poco víbora), no goza de la mejor reputación entre las formas de significación social. Nadie que haya aprendido bien lo que es un hombre "como Dios manda" o "como papá y mamá esperan" podría depositar su gusto en un especimen feminoide de estas características. La reproducción de este modelo entre los varones gay es una demostración contundente de homofobia interna. Homofobia aprendida, que ni siquiera se ve como tal. Frases como "para estar con una loca, entonces me voy con una mina" avalan estas afirmaciones. Los hombres son hombres "hechos y derechos" para el 96,96% de los varones gay. Nadie parece notar que si un hombre está "hecho" es porque entonces puede “hacerse” y, lo que es mejor, “deshacerse” o “rehacerse” o “inventarse” de mil modos. Nadie parece querer un “torcido”. Los perfiles de los usuarios de cualquier página de contacto entre varones gays (ratificando lo que pasa en el foro) insisten en buscar sexo “entre machos”, en tener “cero plumas” y, por si quedan dudas, autodefinirse como "onda nada que ver". Algo así como: "somos putos pero no somos putos", "somos putos pero lo queremos borrar a cero", "somos putos pero no nos bancamos ser putos", "somos putos pero mirá que somos hombres hechos y derechos", "por favor, somos putos pero no nos parecemos a esas locas abominables", "sí, ya sé que somos putos... pero te juramos que ni lo parecemos”, “somos putos pero no nos queda otra”.
Lo irreverente de ser puto o torta y que se note tiene que ver con poner en duda estos modelos tan fijos y tan instalados, incluso dentro del propio colectivo gay/les. Una propuesta muy interesante, en este sentido, es la que hacen las chicxs de la “Asociación Argentina de Chongos”. Haciendo gala de sus ganas de ser y manifestarse simplemente como les place, proponen revalorizar esas características que, puestas en una mujer, son desdeñadas sistemáticamente. Encontrarse con los propios costados masculinos y femeninos, en interacción y resignificados es fundamental para poder saberse un lindo varón que revolea las caderas al caminar, o saberse una linda mina que, en vez de revolear las caderas, tiene una notable cadencia en sus hombros. Cuando las chicas que así les plazca puedan ponerse las canilleras, tanto como los varones podamos llevar con orgullo los concheros, entonces estaremos proponiendo modelos más abiertos para desasirnos de una de las formas más crueles de sujeción (sino la más) de nuestra cultura.

viernes, 8 de agosto de 2008

Silvina Garré en El Condado el 27/11/2004


Silvina Garré es una de las cantautoras más representativas de la música argentina, que alcanzó un brillo de particular popularidad durante la década del 80, consolidándose como una de sus figuras más emblemáticas. Su horizonte creativo abarca ritmos como el folk, el folk rock, el pop y la balada. Cultora de la música del Brasil en la Argentina, Silvina es una de las intérpretes predilectas de Caetano Veloso, quien le dedicó su libro "Verdade Tropical" por considerar que es quien mejor canta sus canciones. Representante femenina de la Trova Rosarina, desembarcó en Buenos Aires en 1982 de la mano de Juan Carlos Baglietto y acompañada por Fito Páez, Rubén Goldín, Sergio Sáinz, Jorge Fandermole y Adrián Abonizio, entre otros. El aporte estético de este grupo de músicos de Rosario fue tan notorio que no tardaron en proyectarse en forma solista y consolidar trayectorias individuales.
La carrera artística de Silvina Garré incluye doce registros discográficos, de los cuales nueve fueron realizados como solista, uno a dúo con Juan Carlos Baglietto y otros dos como miembro de la Trova Rosarina. Además, publicó en 1993 su –hasta el momento- único libro de poemas “Pena Privada”, con la intención de plasmar sus escritos en un formato más libre que la canción.
Actualmente, es inminente la edición de su última placa “Canciones sin tiempo” en que redescubre lo más clásico de su repertorio en nuevas versiones, acompañada de su banda y el aporte de un cuarteto de cuerdas. Entre los temas más representativos cabe mencionar “Diablo y alcohol” (registrada recientemente por Ricardo Montaner en el álbum “Las mejores canciones del mundo”); “En blanco y negro (Buenos Aires)”; “Para hablar de mi amor”; “Casi una zamba” o “Canción del pinar” del rosarino Jorge Fandermole.
Silvina es una artista versátil que reconoce entre sus influencias a Joni Mitchell, James Taylor o los argentinos Charly García y Luis Alberto Spinetta, entre otros. Sus composiciones están dotadas de ricas metáforas e imágenes que, lejos de lograr un lenguaje artificioso, recaen en un uso sutil y delicado de la palabra, que se convirtió en su sello personal.
Un paréntesis musical de doce años separó su álbum “Nuestro lenguaje sagrado" de 1995, del esperado “El deseo” editado en 2007. Sin embargo, durante esos años de ostracismo, Silvina no permaneció inactiva y se graduó como psicoanalista. Asimismo vivió en la ciudad de Miami, donde compartió su experiencia artística con numerosos músicos de la escena latinoamericana. Con presentaciones esporádicas en diversos puntos del país, mantuvo el contacto con su público y formó su actual banda de la mano de Diego Clemente y el grupo NAN. Con estos músicos, fue depurando lo más nuevo de su repertorio, que ya fue aplaudido por el público y la prensa especializada.
Como representante de la música argentina, Silvina se integra a las grandes voces latinoamericanas, con quienes comparte el canto como profesión cuyo principio fundamental es la búsqueda de la belleza, sostenida por la ética del arte responsable y creativo. Es por este motivo, que en 1988 Mercedes Sosa la convoca a participar del espectáculo "Sin fronteras" realizado en el estadio Luna Park junto a artistas de la talla de Beth Carvalho, Amparo Ochoa, Lilia Vera y Teresa Parodi, además de la propia Sosa.
Enumerar estos aspectos de su trayectoria es sólo una forma de aproximarse a la figura de una artista que sólo se puede conocer de manera integral abordando sus canciones, ya que, fiel a sus principios, nunca trabajó de personaje y se mantuvo lejana de ciertas frivolidades del medio artístico. Con la energía depositada en su talento y en la magia de su voz, la experiencia de escuchar a Silvina, es la comprobación de que todo buen arte se logra con talento, pero además hay que asumir una ética y un proyecto cuyos valores expresa ella misma de la siguiente manera: “yo trato de no perder el horizonte. Yo todos los días de mi vida trato de tener buena memoria en relación al por qué estoy en esto. Y estoy en esto de la música para expresar lo que siento y no traicionarme. Para compartirlo con otros, representar a otros. Porque pienso que, a veces, represento y digo cosas que otro quisiera decir. Y eso acerca la gente a mi música... Pero, fundamentalmente, lo hago para expresarme y para lograr una comunión afectiva con los demás. Y eso no hay que perderlo nunca de vista. Ni por todo el oro del mundo...” (Mina de Rock de Karim González, Entrevista a Silvina Garré, Editorial Atuel, 1997).

SOBRE EL DISCO

Estos audios fueron grabados por mí en una presentación de Silvina en "El Condado" el día 27 de noviembre de 2004. Fueron tomados con grabador periodista, son de aire, por lo tanto el sonido no brillante, pero sí audible. Si bien están contaminados por cierto sonido ambiente, algunas voces alrededor que cantan las canciones o susurros. Me parece que estas interferencias (que no llegan a invadir totalmente la expresión de la cantante) invitan al oyente a participar, como uno más del concierto.
Este recital fue muy particular en cuanto al repertorio que Silvina eligió, lo cual se refleja en la cantidad de temas inéditos que contiene el registro. Lo más interesante para destacar es que, además de reflejarse a la Silvina creadora, puede comprobarse cuáles son sus influencias, cuáles son los temas que ella misma escucha y gusta transmitir. Además, temas que van desde Frank Sinatra, a Elis Regina, pasando por Alison Krauss, Vinicius de Moraes o el rosarino Jorge Fandermole, son el mejor ejemplo de la ductilidad artística e interpretativa de Garré.
Respecto a su trayectoria, esta presentación demuestra una fase inicial al trabajo que encaró con su álbum “El deseo”. Acompañada por Marcelo y Alejandro Devriés y Diego Clemente, todavía no había formado su actual banda, con quienes registrara sus últimos discos. Asimismo, esta grabación es un aporte para comprobar cómo fue la evolución artística de Silvina durante sus doce años de ostracismo.

Lista de temas:

01 - Quien quiera oír que oiga (Eduardo Mignona - Litto Nebbia)
02 - Otros pájaros (Silvina Garré)
03 - Casi una zamba (Silvina Garré)
04 - Mon amour (Nilda Fernández)
05 - Monedas al aire (Carlos Varela)
06 - The way you look tonight (Frank Sinatra)
07 - É com esse que eu vou (Pedro Caetano)
08 - Tarde em Itapoã (Toquinho - Vinicius de Moraes)
09 - Dondequiera que esté (Silvina Garré)
10 - I will (Alison Krauss)
11 - Solamente una vez (Agustín Lara)
12 - Hasta quebrar (Silvina Garré)
13 - É com esse que eu vou (Pedro Caetano)

Músicos: Alejandro Devriés (teclados), Marcelo Devriés (guitarra), Diego Clemente (guitarra, percusión y accesorios).

Bajar el disco


Para visitar a Silvina en la web y conocer más sobre su trayectoria pueden dirigirse a:

Sitio oficial de Silvina Garré
Sitio de fans de Silvina Garré
Myspace oficial de Silvina Garré