sábado, 26 de abril de 2008

Silvio Rodríguez en la Sala Avellaneda


SOBRE SILVIO...

Silvio Rodríguez es, a mi criterio, el mejor trovador de la historia de la música. Un poeta cabal, profundo como pocos. Un poeta que ofrece canciones deliciosas por la riqueza de sus imágenes. Imágenes que están nutridas por una paleta de recursos literarios de lo más variados y complejos.
Silvio Rodríguez es, además, un ejemplo inclaudicable de poeta comprometido con la realidad y con la historia. Es un artista que ha sabido condensar estéticamente las visiones humanas que atravesaban su época. Silvio escribe con la fuerza del sueño, de la utopía y con la debilidad de un ser que se sabe pequeño y suave ante la muerte que lo acecha a cada paso que da.
Silvio Rodríguez asume la responsabilidad de los propios, de los hermanos. Reconoce la sangre de los muertos que ofrecieron su vida por la felicidad de un hoy que deberá también ser mañana para los venideros. Silvio potencia esa sangre con que se escribe la historia y -como su amor de surtidor- extiende su brazo cubano para abrazar a sus hermanos nicaragüenses, mexicanos, salvadoreños, argentinos, bolivianos y de toda América Latina.
Silvio es el poeta del amor, el poeta del trabajo, del hombre que escribe su destino con el sabio ejercicio de su herramienta. Silvio es el poeta del amor a la patria también, pero no a la patria que se cierra en sí misma, sino a la que se abre, a la que es identidad, a la que es suelo y sostén, a la que es pulso y latido en cada uno de sus hijos.
Escribir sobre Silvio Rodríguez tiene la dificultad de querer abordar en unas pocas líneas lo que significa la libertad que no se negocia. Asume la libertad con la ética histórica de un hombre que debe tomarla y apropiársela sin claudicaciones. Silvio le canta a un hombre que, necesariamente, debe creerle cuando dice futuro.


SOBRE EL DISCO...


Estos audios que voy a ofrecer pertenecen a un recital de Silvio en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de La Habana el día 2 de abril de 1983. La calidad del sonido es excelente, excepto por una falla en el tema “Solo el amor”, que no arruina para nada el tema. Las versiones de las canciones son bien trovadorescas, Silvio solo con su guitarra y, además, este recital cuenta con varias canciones inéditas para engrosar su ya muy prolífico repertorio.
La procedencia de esta grabación la desconozco. Llegaron a mí a través del soulseek y los compartía Hannes del sitio Cancioneros de Trovadores. A él gracias por ser un eslabón más en esta cadena de perpetuar la música.
Las tapas están elaboradas artesanalmente por mí y, lamentablemente, tuve que recurrir a fotos de Silvio en esa época porque no contaba con fotos específicas del recital.
Elegí este disco para compartir por varios motivos, primero porque nunca había posteado material de algún cantante hombre y quería hacerlo. En segundo lugar porque se lo debía mis amados 20 años, épocas en que fue la banda sonora principal de mis días.
Además, quería que sea un regalo para algunas personas en especial.
* Para Migue porque es un gran artista, con un sentido estético de lujo y, además, porque tenemos mucha música en común. Él es "El pintor de las mujeres soles" y de los "hombres soles" también, ahora que lo pienso.
* Para Yiya porque como no soy millonario y no puedo pagar el recital en la terraza, entonces es una buena manera de compartir.
* Y por último para Luz porque siempre pone una frasecita de Silvio por ahí que me hace acordar a canciones que, capaz, hacía mucho que no escuchaba.

Lista de temas:

01 - Historia de las sillas
02 - Romanza de la luna
03 - Qué distracción
04 - Hallazgo de las piedras
05 - En mi calle
06 - El rey de las flores
07 - El pintor de las mujeres soles
08 - Nunca he creído que alguien me odia
09 - El tren blindado
10 - Lo que quisiste ser
11 - El vagabundo
12 - Oda a mi generación
13 - Solo el amor
14 - Nubes de alivio
15 - El viento eres tú
16 - El dulce abismo
17 - En estos días
18 - Paula
19 - Mariposas
20 - Te doy una canción

Bajar el disco

jueves, 17 de abril de 2008

Voy hacia el fuego como la mariposa


Era marzo. Hacía calor. Cuando volví de Sampacho, Achiras y Moldes en Córdoba encontré que a la PC le habían puesto internet. Afilé los dientes.
El río había empezado a correr y –como dice Teresa- “no hay muro que detenga sus furores”. Apenas se hizo de noche y no hubo moros en la costa entré al viejo buscador “Altavista” (se usaba tanto allá por el 2000). Y lo primero que busqué fue “Gay”. Cualquier resultado que saliera parecía conmoverme totalmente. No había pulso que aguante el temor a ser descubierto, ni la ansiedad por lo que podía venir.
Alguna foto aparecía por ahí (quedaba estupefacto). Cuerpos de hombres más o menos estandarizados, con todos los músculos iguales y los genitales preparados para posar (jamás me gustó eso, pero en aquel entonces era maravilloso). Fueron noches continuadas de hacer el mismo recorrido. De “Altavista” al resultado número 3; al resultado número 9 y después apresuradamente, borrar historial, caché, archivos temporales de internet y todo aquello que pudiera implicar algún rastro de algo. Poco me faltaba para querer desfragmentar el disco después esa tamaña experiencia de cataclismo interior.
Era 1997 cuando mis primeros compañeros de la secundaria tuvieron internet y pasábamos noches enteras jugando por las salas de chat. Todavía recuerdo la energía contenida que me significaba ver la lista de salas y leer “Solo hombres”, “Solo mujeres”... Estaba a un clic de distancia. Pero era imposible! Estaban ellos ahí. No había cibers, al menos no en Villa del Parque. Entre esas noches de marzo del 2000 tomé revancha. Volví a Latinchat y me di el gusto. “Solo hombres” me estaba esperando.
La primera pregunta que hice después del “Hola” inicial fue “sos gay?”. Ante el “sí” que salía del otro lado de la pantalla, más nerviosismo (un poco obvia mi pregunta, no? Jeje... pero no podía creer que estaba casi llegando). Pasaron noches de charlar con colombianos, venezolanos, ecuatorianos y de quién sabe uno donde. Exactamente fueron doce noches. Se ve que los buscaba lejos para retrasar un poco lo que a esa altura parecía inevitable.
Empezó a hacerse vicio y ya la presencia del resto no condicionaba tanto... Una tarde, la del 20 de marzo, estaba libre. Me senté en la pc y fui directo al Latinchat que se venía ganando mis horas. “JUANPA17” estaba en la sala y –como yo tenía 19- le hablé. Debemos haber hablado cinco minutos, diez... no mucho más... Me dice que estaba en el centro, que si quería ir. Transpiré. Pulsé la tecla “capslock” y puse “SI”. Elegí mi remera violeta, un jean azul y me fui para Lavalle y Florida. Llegué casi corriendo para que no se le ocurra escaparse, o que no piense que lo iba a dejar plantado. Y entre medio de la gente lo vi, estaba sentado en una esquina, con mochila azul. Era la primera vez que podía reconocerme en un par. Otro que hablaba mi lenguaje frente a mí. Todavía somos amigos.

lunes, 7 de abril de 2008

El vacío existencial


Una época signada por el consumo es declarar el imperio de la necesidad. Necesidad voraz que sólo se satisface para dar lugar a otra necesidad mayor. El consumo es la respuesta a la carencia y ésta es prueba del profundo desequilibrio de un ser humano que no se encuentra a sí mismo (ni al semejante, claro).
La pachamama aguanta y sigue aguantando por siglos la vanidad y la devastación. Mi gran duda existencial es si el ritmo (me refiero a velocidad) que tiene la depredación y el envenenamiento no es mayor que el tiempo histórico que podría llevarle al hombre generar un nuevo concepto de sí mismo, encontrar equilibrios y transformar sus carencias en otra cosa, en el plano filosófico. Me pregunto si el planeta no va a morir antes de que el hombre genere un nuevo sistema productivo y, por lo tanto, político y social. La posible diferencia de tiempos entre la emergencia biológica y la evolución histórica es la gran amenaza que veo cuando quiero tratar de renovar las esperanzas.


"Cuando está muy solo busca abrigo,
cuando al fin lo encuentra quiere libertad
No sabe qué busca y se consuela
cumpliendo el deseo de los demás
Para liberarse compra objetos
que lo harán atarse todavía más.
Cuando tiene todo no le alcanza
y quiere más... más... siempre más...
Es que el ser humano nunca aprenderá?...
Tiene el agua en la boca... y busca el mar."

(Fragmento de Con el agua en la boca, Marilina Ross)