lunes, 2 de junio de 2008

Tengo un puto en la terraza

Finalizaba febrero y el calor porteño parecía obstinado en quedarse reinando en la ciudad por bastante tiempo más. Un viaje desde Mataderos a Pompeya representaba el desafío de unir dos puntos de la ciudad casi nunca frecuentados. Una noche tan oscura como calurosa era el telón de fondo de una aventura que se preanunciaba hasta con mapa. Con algunos traspiés de por medio, el punto de reunión funciona y la cita tiene lugar a las 23.30, en la estación Pompeya.
Ellos venían desde Rafael Castillo, bien adentro, en el oeste del conurbano bonaerense. Bajaron del Ferrocarril Belgrano y comenzó la “salida” compartiendo una pizza en la vereda con mi amigo y algunas de las tortas del equipo de fútbol femenino de Castillo. Chiste va, chiste viene, la charla fue más o menos la esperada. Ellas nos contaban sus pases de gol, los remates en el área, los torneos, la final con las de Berazategui y todo un variopinto de habilidades futbolísticas que las ponían muy orgullosas. Los dos putos, es decir mi amigo y yo, buscábamos el humor y aprovechábamos nuestras paupérrimas habilidades deportivas para hacer catarsis de antihéroes y contar nuestras anécdotas en el campo de juego, para reírnos de nosotros mismos. Terminamos la cena, nos fuimos a tomar el 9. Bondi azul, cartel blanco. En grandes letras negras decía “CARAZA” y era inevitable cantar una y otra vez esa cancioncita que fue famosa por un programa de TV argentino: “Ahora vivo en Caraza, tengo un puto en la terraza”. Y a eso íbamos en viaje bien adentro de la zona sur, a divertirnos en una fiesta gay de barrio. Pero no sólo a eso, además íbamos a desmoldar la idea de que las fiestas gays sólo son cuestión de la metrópoli. A repensar ese modelo tan irreal de que todos los putos son tan, tan “I'm so Madonna”. A recuperar algo mucho más interesante aún, un modo de resistencia en un medio un poco más hostil y menos anónimo que las calles de Buenos Aires. Y como si fuera poco a participar de algo que cada vez se logra menos, pero que sin embargo todavía está: una fiesta comunitaria. Es que la fiesta era en la casa de unos vecinos, qué te abrían las puertas generosamente, así, sin conocerte, con confianza. Si habías llegado era por el boca en boca, de amigo en amigo. Y ni siquiera se cobraba entrada, claro, sólo hacíamos una vaquita entre todos, 10 mangos por cabeza para el sonido y la bebida. Por supuesto que podíamos ir y abrir la heladera y simplemente servirnos. Nadie se conocía con nadie, pero todo era de todos. Y lo compartíamos. El espacio estaba dispuesto para estar juntos, para pasarla bien y para ser quien cada uno era, sin ofenderse, sin pretensiones, sin poses. Gente de todos los barrios, de todos los colores, de todos los géneros, de todos los pesos, de todas las sexualidades, pero con un denominador común: la mente abierta y ese espíritu de “pasé por lo del vecino y me quedé un ratito” que está casi extinto en las grandes ciudades.
Baile a más no poder. Todas las vertientes de la cumbia vibraron en esa pista, o mejor dicho patio. Algunas luces diseminadas demostraron las virtudes del celofán y un “telón” de fondo preanunciaba el momento más esperado de la noche, el broche de oro, “El show de Yésica”, que se anunciaba con una sábana pintada a mano. Yésica era algo así como una marica envuelta en trapos viejos, pero que se sentía Liza Minelli por una noche. Juntó a sus amigas locas y se armó su show con invitados, bailarines y todo. Y hasta hubo un cierre con fuegos artificiales.
La noche se iba, la claridad encontraba un patio que parecía no querer cederle el paso, que insistía con seguir viviendo esa noche de verano, esas horas compartidas, ese encuentro que, para algunos es moneda corriente, pero para otros es una forma alternativa de comunicarse, de construir, sin que medie el dinero y por las solas ganas. Esa entidad cada vez más abstracta a la que llamamos pueblo, ese día se convocó, se reunió, generó sus propias estrategias y dejó de lado los prejuicios, las distancias, los intereses y los miedos. Solo para encontrarse, para crear espacios. Y si bien yo no vivo en Caraza, como dice la canción, una parte de ella ahora está viva en mis recuerdos.




Programa: Todo por dos pesos
Ranking musical: Tengo un puto en la terraza

22 comentarios:

VALENTIN dijo...

Hola Chris! Un placer tenerte esta noche de visita por mi espacio, ya voy de retirada a brazos de morfeo, prometo pasar a leerte con detenimiento mañana, si?
Si ves que no he pasado, no te molestes en tocar en mi blog, solo pasa, la puerta abierta está siempre (jajajaja, aveces soy un poco despistado)
Me alegra que tengamos los dominicanos cosas en comun con tu pais, con tu gente.
Otro abrazo para ti!
Saludos!

Anónimo dijo...

Si algunx se entusiasmó con el relato de chris, les cuento que estas fiestas o reuniones se hacen de vez en cuando. Este sábado 7 de Junio, por ejemplo, se festeja el cumple de la "gronchi" en rafael Castillo. Si señorxs, la ciudad que me vió crecer tiene su fiesta torti-puti y yo cagándome de embole en capital. ASí que si tienen ganas, será cuestión de organizar un viaje colectivo hacia la provincia, hecho que pagaría un poco en compensación a tantxs amigxs puti-torti-travi que ha hecho ese cruce al vesre.
Y chris, nadie como vos para contarlo...ya ansío una fiesta en villa Fiorito!
Sergio.

Hisae dijo...

Te veía por un agujerito bailando descosidamente en la pista (en el patio) de esa fiesta...
Daban ganas de apuntarse...

Besos, Chris.

Silvia_D dijo...

Haber avisado antes y hubiera dado un saltito y cruzado el charco;)
Me alegro que os lo pasarais bien, sitios y acontecimientos como ese son memorables, tienes razón.
Besos, niño^^

Christian dijo...

Hola Valentín! Bienvenido a mi blog... Nos leeremos con el tiempo suficiente... Abrazo

Hola Ser! Geniales las fiestas con otra mirada, otra onda. No sé si fue claro hacia donde quería apuntar cuando lo contaba. Es eso que más nos entusiasma para ir, mucho más allá de la fiesta en sí.

Marito: jaja siiii bailé "descocada" jeje... Y hubiera aceptado varias piezas si te apuntabas, je! ;)

Dianna: Lo más memorable, para mí, y por eso lo escribí, es la estrategia de la gente para construir su espacio. Eso es lo que me parece destacable. Mucho más que la fiesta en sí. Es un vecino que abre sus puertas, es ofrecer su espacio, abrir la heladera porque compartíamos la bebida. Eso! Compartir aunque no te conozcas. Por eso lo conté y también para mostrar que hay algo más que las fiestas gays de los boliches tradicionales de la capital. Existen los espacios alternativos y también aparecen otros códigos, sólo es cuestión de recorrer.

Un beso grande a todxs!!!

Chris

Haldar dijo...

De vuelta y vuelta, de boca y boca, cai aca, en esta fiesta... Que diferentes son las cosas mas alla de las fronteras de las grandes ciudades, es un mundo totalmente diferente, sin esquemas, sin exigencias, un mundo poco viciado donde el espacio es de todos. Y que siga la fiesta!!!

En tus manos O.o°• dijo...

hola!!!
gracias por visitarme
vuelve cuando quieras...

me encanta tu gusto musical muy buenn gusto


un beso

Christian dijo...

Hola Haldar! bienvenido entonces si llegaste... si tenés ganas de expresarte, sólo un click y el espacio está disponible para que te sientas a gusto... Esto es así, pasás por lo del vecino y te quedás un ratito, jeje!
A eso apuntaba el post a ver cuán diferentes son las cosas cuando se plantean desde otro lugar que no sea la metrópoli, a mostrar esos modos alternativos. Una persona que abre su cada para los demás, desinteresadamente. Eso merece ser contado, creo yo.

Gabriela: Pasaré un ratito por tu casa, claro... Lo mismo digo, espero que acá te sientas cómoda. Y ya que nos gusta la misma música, mirá la etiqueta "discos" vas a poder bajar algunas cositas que, al menos para mí, son muy interesantes.

Un beso grande!!!

Chris

yiya dijo...

Hola Cris!!, que lindo relato, que lindo debe haber sido disfrutard e esa experiencia, cuantas ganas de que todo sea asi mas seguido, mejor dicho SIEMPRE..
Cuando describias la fiesta y hablabas de Yesica, me vinieron imagenes de la pelicula Madame Sata, seguro la viste...
Te mando un abrazo y una vez mas gracias por tus relatos, por compartir esto con todos nosostros...

Fabián Aimar (faBio) dijo...

Vaya movida! la única manera de imaginar la misma aquí sería en una peli de Almodovar... aquí amigo mío... nada de nada... sería ciencia ficción. He asistido a sitios alternativos en quintas tanto en Santa Fe como en Paraná e interior... he vivido esas movidas y vaya si las he disfrutado... se extrañan... aquí no se estila...
Gracias guapetón por el envío... ya lo he gastado de tanto escucharlo, gracias en verdad
un beso ;)

Christian dijo...

Hola Yi!!! :)

La verdad que estuvo re lindo, sí. Sobre todo ver que esas cosas aún suceden, que se yo. Yo valoro eso.
No vi Madame Satá. Pao la tiene, le voy a decir de verla con algo rico de por medio...

Fabito: Que lindo deben haber estado estas movidas en quintas del interior, me encantaría ir!
Que malo que allá en España no haya este tipo de movidas. Me hiciste acordar a la peli de Almodóvar "Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón" en que asisten a una fiesta así y hacen un concurso para ver quien tiene la polla más larga, jajaja... y Pedro midiendo!!! Atrevidísimo! jeje... Igual eso no lo hicimos en Caraza, eh!!! jaja
Me alegro que estés disfrutando "De baldosa en baldosa"

Besotes!

Chris

yiya dijo...

Bueno avisen cuando sew juntana verla!!!
Yo puedo llevar una pastafrola, con mate amarguito de por medio!!!
Ja, ja..
Beso grande grande para vos...

Haldar dijo...

Te extiendo una invitacion para que te des una vueltecita por mi sitio...

Abrazos.

El viajero dijo...

Hey Chris, como van las fiestas? Aquí no se estila eso (aun que por el relato, deberían!!), y siendo francos hace tiempo que no salgo. Este finde será motivo?

Abrazos

Dani Munitz dijo...

Chris! Qué hermosa historia, mejor contada imposible. Me encanta volver a bloggear y encontrarme con tantas cosas lindas.
Respecto a lo que comentás, todos tenemos la capacidad de construir nuestra propia terraza (o nuestro propio Caraza, como más te guste). Lo importante es no restringirse al gueto, al lugar "correcto" donde "van a bailar los putos".
Los putos queremos bailar, sí. Pero más que eso queremos juntarnos, compartir con los pares y con los dispares. Con la vecina gorda que a veces se queja de la música y a veces hace un guiño cómplice. Los espacios los hacemos nosotros, no los dueños de los boliches de turno.
Cuando ese encuentro se produce, salen las plumas, las chispas, el agite, y nos subimos todos al trencito de la alegría, que para muchos de nosotros es, sin duda, un pasaje de ida.

Te quiero
Dani

Anónimo dijo...

Me encantó el post.
Que lejos estamso ya de todo eso no?
Cuantarazón tenés en ese "I´m so Madonna" que es moneda corriente hoy en día. Ya queda muy poco de todo aquello, y es cierto que casi extinto.
Yo lo viví muy poco. Y la verdad, se haperdido un poco de esa autenticidad y esa transparencia, ahora lo que impera es tener una deterimnada imágen.
Lindo post.
SAludos

mariano scovenna dijo...

chirsss!!!! me gustó mucho el relato, me encantaba todo por dos pesos, pero lo que más más más me gustó (soy un poco obvio) es eso de fiesta comunitaria, ese espacio de reunión, ese mundo donde entran todos los mundos.
besos.

CML dijo...

Me gustaría haber visto el show de Yesica, que bueno sentirse Liza en una noche.
Un beso.

Anónimo dijo...

GRACIAS POR AYUDARME!!!!!

Un abrazo grandeeeeeeeeee

Diego

Christian dijo...

Yi, será un placer contar con vos entre la platea cinematográfica, je!
Genial! Amarguitos y pastafrola!!! qué más se puede pedir??
jeje... Besote!

Haldar: Disculpá que aún no pasé, pero lo haré sin falta! Gracias por invitarme a tu espacio!

Hola Marco! Ojalá ese finde haya sido motivo de salir! Acá hay este tipo de fiestas, pero la verdad es que no es lo común, justamente por eso lo cuento, como una rareza que creo que merece ser conocida. Me encantaría conocer alguna fiesta gay por allá por Perú. Cuando estuve en Bolivia casi voy, pero finalmente no pude, una lástima.

Dani: Hablando de hacer nuestro propio Caraza ya me veo la fiesta gay en Tristán Suárez, jeje! o en Manuel Alberti... La próxima te invito y vamos juntos bailar a lo de la Gronchi, jeje...

Nano, comparto con vos todo lo que decís.... justamente por eso lo escribí... para decir: miren!!! acá hay algo distinto, busquemos por ahí, tomemos algo de eso!! Esta fiesta fue este febrero. Y hubo otra el sábado pasado. Así que hay rastros, tenemos que encontrarlos.

Nano: A mí también me encantaba todo por dos pesos!!! Son tan bizarros!!
Vos que sos tan folklórico, te re veo en una fiesta comunitaria así. Bailando chacareras, comiendo empanaditas, jeje...

Carli: Si hubieras visto ese show!!! jajaja era como el anti show!
pero de tan antishow, era un show.... jajaja estuvo genial...

Die: De nada!!!! Bienvenido al mundo blogger, un gusto leerte!

Besos a tod@!!!!!

Chris

Pao dijo...

Rescato eso de pueblo ya perdido, de barrio y compartir.
Qué bueno que hayas podido ser protagonista de esa fiesta.
Y yo también muero por ver esos shows-
Besos,

Pao

Christian dijo...

Pao: La próxima vamos si querés!!! jajaja...Es divertido y algo distinto...

Besote!!

Chris