lunes, 27 de agosto de 2007

Vinitos guitarreados


Las últimas semanas estuvieron plagadas de “vinitos guitarreados en un remanso de amigos”. Hacía mucho tiempo que no cantaba tantas horas seguidas. Carpetas enteras de cancioneros transitadas hoja por hoja. Las noches en La Peña del Colorado han sido una buena excusa para sacar a relucir el costado telúrico y para cantar entre todos, con el aporte de todos. Una de las noches de Peña, charlando con Adrián, copa va, copa viene, nos colgamos mirando a un guitarrero que, tan feliz como circunspecto, tocaba la viola para todo un salón lleno de gente. La imagen de repente nos tomó por asalto a los dos. Nos miramos como saliendo de la escena para ver la fotografía. Un festín de gente cantaba. El buen hombre nucleaba el festejo con sus acordes. Adrián, siempre sesudo, me dice “Pensar que éste debe ser uno de los momentos más felices de su vida”. Lo miré, hice silencio, contemplé la escena nuevamente, nos contemplé en la escena y le respondí: “Acaso viviste momentos mucho más felices que éste?? No sos feliz así?” Asintió con una leve sonrisa y seguimos cantando con todos.
Colgado con esa escena en la semana, y por las sucesivas situaciones de canto colectivo, me puse a pensar que toda la vida fueron parte de los momentos más felices. Quise teorizar los motivos y lo único que se me ocurrió es que el canto colectivo es una forma de movilizar nuestra memoria, de poner de manifiesto lo aprehendido a través de los textos y las melodías. Todo esto con el efecto multiplicador de estar rodeado de gente que atraviesa el mismo trance. Es como si tuviera una suerte de efecto dado por las energías que se suman. Se me plantea acá una palabra que nos ha robado el catolicismo para invadirnos el cuerpo, pero que en su esencia es una palabra liberadora: Comunión. Esa es la definición más cercana, comunidad, elementos en común, no borrando lo que cada uno es, sino partiendo de allí... Que felicidad la de cantar así… Gracias a todos mis compañeros de música de estos últimos días, prometo insistir para que todo esté dispuesto para seguir!

“Y traigo mil canciones
como leñita seca
recuerdo de fogones
que invitan a matear…”

6 comentarios:

Abril Lech dijo...

"Y divisé tu rancho, a orillas del camino, alli donde los jazmines tejieron un altar.." Por eso me vine a tu casa a agradecer tus comentarios en mi Blog, a descubrir que nos gustan prácticamente las mismas cosas incluyendo Luna Cautiva y a coincidir en la energía multiplicadora de las actividades compartidas, especialmente cuando lo vocal se encuentra comprometido. Por eso los hindúes y budistas rezan mantras cantados colectivamente generando un espacio virtual de energía que eleva el espíritu hacia lo trascendente.
La música une, no hay caso.
Besos!!!

Laura Mafud dijo...

Una observación muy especial y, por demás, seguro acertada!

Juano dijo...

Ey Chris!!!! Cuándo nos juntamos a guitarrear???!!!! Ya me está pintando una necesidad urgente de conectar a través de la música, y hace bocha lo venimos postergando!!!!

Además, mi cancionero está cada vez más nutrido... eso sí, al otro día a no madrugar, porque el recorrido por distintos géneros nos va a llevar gran parte de la noche!!!!!

PD: Yo pongo la botellita de totín!!!! Abrazote!!!!!!

Christian dijo...

Abril... que bueno que te guste la luna cautiva. A mí me encanta, fue de las primeras zambas que conocí. Hace unos años pasé unos días en el campo y recuerdo los artilugios del casero cuando algún toro se ponía mañero. Desde ahí me quedó como recuerdo esa frase "Tuve que hacer un alto por un toro mañero..."... La música une porque genera ambiente y dispara memorias, proyecciones y circunstancias.

Lau: Gracias por pasarte a observar mis observaciones. Tu observación me gratifica porque bien sé que sos buena observadora.

Juanito: Cuando quieras nos juntamos, sabés que me encantaría! Espero tu llamado...
Buenísimo que hayas nutrido tu cancionero, yo hice lo propio con el mío y sé que vamos a encontrar lenguaje en común...
Gracias por linkearme en tu blog, te linkeé también...
Ya estoy saboreando el totín!!

Besos para tod@s!!

Chris

Anónimo dijo...

Que canciones Dios mio, me encantan todas ellas, Sin exagerar, todas esas canciones sobre las cuales te has explayado. Amo la zamba, es una sensación que no puedo describir de otra forma, la siento, la canto, la grito.

Zamba ya no me dejes, yo sin tu canto no vivo más.

Christian dijo...

Anónimo: A mí también me encanta la zamba!! Es preciosa y cantarla es una experiencia catártica!! Todo el folklore es muy placentero cantarlo, supongo que tiene que ver con lo que trae consigo de identitario, de puro...

"Si se muere la zamba... los pañuelos llorenlá... vayan por el aire diciendo a todos que no fue de muerte natural..." (María Elena Walsh)

Abrazo!

Chris