miércoles, 9 de enero de 2008

A mis semejantes


Habían pasado doce años desde la última vez. En ese tiempo yo cambié mi mirada, pasé de niño a adulto y, en ese giro, se fueron un montón de cosas y vinieron un montón de otras.
Siempre tuve reticencia a los zoológicos, es que los animales encerrados me entristecen bastante. Sin embargo, es innegable que tener la posibilidad de verlos en vivo y en directo me seducía mucho.
Después me puse a pensar cuántas posibilidades tiene un animal de "volver a la naturaleza" como decía esa canción de Chico Novarro hoy en día. Los reptiles, los insectos, los marinos, las aves tienen chances aún, pero los mamíferos ya casi no. Prácticamente no quedan mamíferos fuera de parques nacionales, en estado totalmente salvaje, al menos no mamíferos grandes, que es lo que predomina en el zoológico. Que triste!
Aún así, quería que esta vez la reflexión política quede a un costado y poder sólo disfrutar del sentimiento, de la sensación de que ellos estaban a mí ante mis ojos, vivos, latiendo.
Tengo cierto fanatismo por mirarlos por TV. Me maravilla la diversidad de sus formas de vida. Es increíble apreciar como cada uno de ellos tiene una determinada expresión que se condice con su rol ecológico, que constituye su belleza particular.
Los suricatos se movían rápidos, nerviosos; el cocodrilo permanecía pétreo, como los lagartos, como las serpientes. El leopardo y el puma estaban dotados de una mirada profunda, penetrante. El elefante es sublime, cómo no estremecerse frente a un cráneo de ese tamaño?? La piel era rugosa, como si fueran viejos. Cuero duro, curtido. Toneladas de vida, gigante.
Mientras seguía caminando, de repente me dí vuelta y tenía al lado mío un hermoso rinoceronte, de ojos pequeños, mirada triste. Me encantan los paquidermos. Aunque el hipótamo no me dejó ver su obesidad porque es como yo y adora estar sumergido todo lo posible.
El pelaje de la jirafa es increíble. La altura y elegancia ni que hablar. Ver un animal de esas características necesariamente te debe agregar información, mirada, concepto sobre lo que es la vida, sobre las posibilidades. Los animales revelan una comprensión del mundo a través de las adaptaciones biológicas, que no son más que sabiduría perpetuada en siglos.
Una seducción aparte fue ver una galápagos. Nunca había visto una tortuga tan grande!! Siempre milenaria, con esa lentitud que parece sólo un don de los verdaderos sabios. Opaca, rústica, pesada. Al lado de ella un contraejemplo: el pavo real. Animal delgado, frágil, dueño de colores maravillosos (como el guacamayo), con toda su cola desplegada en una imagen pictórica, impresionante, mostrando su belleza de vedette.
Intimidantes son el porte, la elegancia, la mirada y el tamaño que tiene el águila.
El oso polar estaba de vacaciones o no sé, pero su pileta estaba vacía y no andaba por ahí, será otra vez... Sin embargo, un oso pardo caminaba furioso y en círculos. También, un oso de anteojos, de esos que comen miel, descansaba sobre las ramas de un árbol para nuestro deleite.
Por último están los mandriles, los chimpancés, los monos: Nuestros primos hermanos. Reconocerse ahí ya no es sólo cuestión de fuerza vital, de carne latiendo, sino también de forma, de aspecto. Manos, pies y una cara con mirada familiar. Y entre todos estos animales hermosos, como no podía faltar, un ejemplar de cuidador que no debe quedar afuera de la maravilla zoológica. Era, además de una belleza, simpático, agradable y dulce (sí si hubo que hablarle claro, pero fue Sergio el que empezó él es más atrevido). Creo que con ese ejemplar podría perpetuar toda mi diversidad biológico reproductiva, en fin... para que sufrir!
La visita zoológico para mí fue más que un paseo de una tarde. Lo sentí como una forma de experimentar la vida. Sencilla, rústica, sutil, salvaje, compleja, delicada, omnipotente. Es ver todos los extremos, todas las escalas posibles, de todo lo que no podemos entender. Fue todo una emoción muy fuerte. Gracias Ser por compartirla conmigo, me hacía falta, andar tanto tiempo entre humanos no es recomendable.

9 comentarios:

elmismocaminorojo dijo...

"Andar tanto tiempo con humanos no es recomendable."
¡Vaya!, justo lo que estaba pensando mientras leía tu texto, andar tan enfrascado en uno mismo, en la humanidad y sus diversas complejidades, sus diversas dimensiones con sus múltiples matices(tantos como personas hay),
nos desvincula de la realidad, de la vida terrenal, y nunca mejor dicho, la vida de tierra, de rango, de agua y de seres, simplemente eso, seres que viven y respiran.

Creo que la humanidad, no el hombre en solitario, pero si la humanidad no estaba preparada para compartir, y eso es lo que hacía falta para respetar a "nuestros semejantes", compartir con ellos nuestro espacio, nuestro respeto, nuestro planeta... Por eso ya no quedan grandes mamíferos en libertad!!!
muchos besos!!
feliz final del día!!!
P.D:Tengo un poema enfrascado en la garganta que no termina de salir...cuando consiga ver la luz espero que te guste.

Currito dijo...

¿El tamaño de la anguila es intimidante? Jajaja. Perdón por el comentario soez, hoy tocaba. Besos.

CML dijo...

Pobrecitos, muchos tienen suerte porque sino se los mataría cruelmente. Otros no.

A mi mamá por alguna extraña manera le gustan los suricatos, me dice: mirá la suricata! Cuando una está en la tele. mmmm no sé porque.

En los animales se puede apreciar y valorar la diferencia que se une en cada uno de ellos. En los humanos es más jodido, aunque todos pertenecemos a la misma raza.

A mi no me gustan mucho los animales, quiero decir que no me vuelven loca, lo mismo con los humanos, pero los que no me gustan son los caballos y los monos.

El único animal que siempre me gustó, (cuando me llevaban por elección de mi mamá, papá o abuela, hoy no iría al zoo) y que me parece realmente fantástico, como un dragón salido de un cuento, son los osos polares, en su hielo aparte, el color, el tamaño.
Dijo: hoy viene christian, me voy a esconder, jiji, para que venga otro día.

Pao dijo...

Me quedo con ese sentimiento de tristeza que me da ver al animal encerrado, triste, fuera de su hábitat.
No puedo evitarlo, Chris...entiendo que hayas disfrutado...pero cuando pienso en los zoológicos me pregunto: ¿Quién es el ser humano para sacar a los animales de su hábitat y encerrarlos?
Me cuesta aceptar que estén ahí...que le voy a hacer.
Comparto tu admiración por todos ellos, todo lo que decís describiéndolos, es tal cual...no se puede creer tanta maravilla diversa.
Pero el zoológico definitivamente no es una atracción para mí...me despierta un poquito de violencia que contengo para no ir de noche a abrir todas sus jaulas.

PERDÓN: Me salió la tirabombas otra vez...

Te quiero

Pao

Hisae dijo...

Comparto contigo las sensaciones referente a la primera parte de tu escrito, en la que hablas de la tristeza de falta de libertad del animal en el zoológico y la posibilidad de poder acercarnos a ellos por no estar en su habitat natural.
Un beso.

Anónimo dijo...

Que linda tarde pasamos chris! la verdad que fué un placer hacerlo con vos. Con respecto a esta pequeña discusión sobre la importancia de los zoológicos, tengo una postura determinada: se muy bien que los seres humanos adoptamos generalmente posiciones chotas frente a las otras especies con las que compartimos el planeta, sé que el zoo es, en definitiva, una cárcel para todos estos animales que están en exhibición. Pero también sé que el zoo no es solamente eso: solo algunos animales son considerados parte "de la colección"; la gran mayoría de lxs que están ahí son parte de un programa de recuperación de especies, de reproducción o de reinserción en sus hábitats. La idea de los zoológicos que existe hoy en día es muy diferente de la que se tenía hace algunos años. En el zoo de bs as hay mucha gente que estudia biología o ciencias veterinarias y que participa de este tipo de programas...
En fin, para pensarlo. Lo que rescato de ver a estxs animales es recordar por que a veces, actuar por reflejos o impulsos físicos nos hace tan inferiores como humanos frente a ellxs.
Besos.
Sersh.

Christian dijo...

Camino Rojo: Que justo! tener la misma idea, joya! Yo de veras que siento eso frente a esas tantas otras formas de vida. Para mí ese paseo por el zoo fue como adquirir perspectiva. La mirada que te pueden dar seres que tienen las mismas necesidades que yo (comer, no morir, beber, ir al baño, respirar), las primarias, las esenciales y que las resuelven de múltiples y maravillosas formas.
ES lamentable la situación en materia ecológica y de diversidad biológica. Yo no tengo ninguna esperanza.
Ojalá pronto salga ese poema... por ahora seguí rumiándolo, de estómago en estómago, de ahí a la gargante y de nuevo al estómago... ya saldrá!

Besitos!! y que tengas lindos días que, para vos, son de invierno!

Currito... jajaja... ojalá me viera intimidado por el tamaño de una anguila (que además sea eléctrica) ;)... pero era un águila... qué se le va a hacer... éramos tan pobres!!

Carlita: jaja... sí el oso polar me jugó una mala pasada... pero voy a tener que volver para verlo, tengo ganas... tan grande, tan lindo, tan elegante!

Pao: entiendo y comparto en un punto lo que decís, de todos modos también comparto plenamente lo que dice Sergio en su comentario. De cualquier forma esta vez quería disfrutar del amor que les tengo y aprender, no quería conectar ese cable.

Mario: creo que lo que dice Sergio, además de el de Pao complementa un poco tu comentario, no hay que dejar de tener en cuenta esas cuestiones también. Nosotros estuvimos hablando con un cuidador y nos contaba de las liberaciones y de las millones de cosas que hacen para mejorarles la calidad de vida. Creo que Parques Nacionales y Zoológicos hoy en día son los espacios claves para la conservación de esa diversidad biológica que parece perderse.

Ser: Fue una tarde hermosa! Comparto totalmente lo que ponés... Son las dos caras, una y la otra son innegables

cuoredepalta(Un poema es el lugar donde fracasan las razones) dijo...

Me encantò tu relato. Hace un mes fui al zoo(con una paciente), hacía años que no iba, pero inevitablemente me da mucha tristeza saber a lo animales como los sé en ese lugar.
Es verdad tampoco estaba el oso polar ese día.¿estarà?.
en fin . saludos.

Christian dijo...

Hola Couredepalta!

Entiendo esa tristeza inevitable, realmente es un poco así. Yo siempre la sentí y por eso generalmente no iba al zoo. Pero esta vez tenía como una necesidad imperiosa de observar su belleza, es que por momentos la sentí lejana y la sabía necesaria para poder entender mejor. Por eso es que puse la cabeza en pausa para sólo disponerme a disfrutar de sus enigmas.
Que cosa lo del oso polar, espero que esté bien! yo estaba pensando en volver para verlo... si paso te cuento!
Saludos y gracias por pasar por mi blog!

Chris