Hay marcas que son imborrables, claro. Era una fuerza, unas ganas, un espíritu. Como si fuera un amanecer, una suerte de primavera democrática conmigo mismo. Si había algo que signaba esos días y, sobre todo, esas noches era una voracidad de mundo, de calle. Yo quería ser profesional en nocturnidad, quería conocer cada esquina, cada vereda. Recién salido del barrio natal (en el sentido más profundo de la palabra salir), también había salido del closet (que gráfico, no?). El arribo al centro no era un detalle. Es el único otro espacio de la capital, junto a Villa del Parque, en que estoy en casa, absolutamente en casa.
La cuestión era el exceso, el desborde, el más allá del límite, el intersticio que todavía no había descubierto y era un enigma para mis recién llegados veinte años.
No quedó plaza en que no haya abierto con los dientes una caja de uvita blanco dulce (hoy intomable para mí, pero me encanta haberlo hecho en su momento). Recuerdo las épocas en que en Bach (a donde alternaba mis salidas con Sitges de miércoles a domingo, semana tras semana) no te daban ficha de entrada y salida. Entonces íbamos, bailábamos y como no teníamos guita para consumir, salíamos a tomar el tetra a la vuelta del boliche y después volvíamos. Mucho reviente, sí. Conozco todas las terminales de los colectivos de “dormir” (léase yacer) en los asientos.
Sin embargo, en ese cruce de límites también se albergaba la esperanza de algo nuevo. Multiplicar era la tarea! Y lo familiar sabía a poco.
El mundo nuevo era todo misterio. Había millones de lugares por descubrir, millones de personas por conocer.
Angel’s tenía esa onda “furgón del San Martín” que era evidentemente interesante e invitadora, aún me cautiva las veces que voy y su música cumbia pachanga me seduce mucho.
Bach, el bolichito tranqui, con muchas tortas amigas con las que tomaba vino tinto hablando de música o haciéndoles gancho con alguna otra torta y escuchando como me relataban sus partidos de fútbol. También había putos afines porque el lugar no fue, no es, ni será en absoluto fashion, por más que ahora así lo pretenda.
Oxen fue el primer boliche, muy “I’m so Madonna” para mi perfil tan “León Gieco”, pero igual me partió la cabeza la primera vez que entré (ya habrá un post exclusivo de eso).
Sitges, era más mi parte maricona (aunque levantaba más en Bach). Las noches de Sitges eran para bailar en el escenario, para conocer a los quichientos mil putos que daban vueltas por ahí, para ir después a la Estación de Servicios “Sol” donde se juntaba un reguero de torta, puto y trava que daba un resultado bizarrísimo cuando se mezclaba con los tacheros que paraban ahí.
Marlene, mi querido Marlene. Tortones Patrios de Ley (sí, todo con mayúsculas)! Pachanga bien entendida. Pochi cortando la música para parar peleas con el micrófono, todo un fuego! Recuerdo las fotos de artistas queers que ilustraban sus paredes. Ahora las sacaron, pero en honor a eso mi sección “What else should I say, every one is gay” donde desfilarán algunos de ellos.
Amérika nunca fue santo de devoción, aunque debo reconocer que ahí transé por primera vez con un chico (y algunas cosas más). La canilla libre siempre fue convocante, pero ni así me enamoraba.
Cero consecuencia, si bien vino bastante después es un lugar simpático, lo elijo si tengo que pasear ahora por ahí y no vuelvo a mi querido Bach.
Mucho recorrido, mucho andar, cero pesos en esos momentos. Hacer artilugios para conseguir que alguien me cambie la ficha del boliche para ahorrarme los dos pesos y poder volver al día siguiente. Caminar 40 cuadras para no gastar 80 guitas en el bondi, que gran placer! Nunca fui tan dueño de las calles, tan dueño de las noches!
A pesar de muchas cosas jodidas que andaban por esos momentos, no hay forma de que el recuerdo no traiga sonrisas, muchas, una detrás de la otra.
Ahora “voy tratando de crecer y no de sentar cabeza” pero a veces me doy cuenta de que siento cabeza, y vuelvo por un rato. Ya es más ajeno todo. Ahora conocer a los mozos, los barman y los habitués de los boliches ya no tiene tanto sentido. Pasa un poco como en el tango “Acquaforte”: “Hoy puedo ya mirar con mucha pena, lo que otros tiempos miré con ilusión”. Es el paso del tiempo, el cambio en la perspectiva y eso es bueno que sea así, de algún modo.
Ahora voy de vez en cuando y todavía me encuentro con gente de aquel entonces. Me gusta que así sea. También disfruto de haber visto tantos cuadros de transformismo de la Solá, la Divina Bijou, la Liza, Walter Soares, la Guadalupe, la Lynch… uf! Cuanto y creo que no lo supe apreciar bien, sin embargo me enorgullece saber que cuando quise conocer este mundo lo encaré por ese lado, por la manifestación de la belleza.
Cada vez que salgo de Buenos Aires siento esa avidez por recorrer el circuito gay del lugar donde vaya (Rosario es la ciudad que mejor lo sabe). Me resulta cautivante saber todo un recorrido nuevo por hacer y descubrir la forma de ampliar ese mapa que un día se desplegó para aprender a sentir, a querer.
Que bueno seguir teniendo ganas! Que bueno haberme acelerado! Que bueno que me haya tirado en tantas plazas y esquinas de la ciudad con mi cajita de vino! Como dice Luis Eduardo Aute: “Reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo”…
TODAVÍA ME EMOCIONAN CIERTAS VOCES…
12 comentarios:
qué suerte que hayas podido vivir tantas cosas en su justo momento
aunque sea un cliché yo siempre repito que hay un momento para todo
salu2
¡Con cuánta pasión y alegría contás tus vivencias, Christian!
¡Que llevadera es tu lectura..!
Porque hay que contar todo eso, eh? Y mantener entusiasmado al lector..!!
Bueno.. se vé que encajas donde pretendes encajar.. En esos tiempos en boliches y esquinas.. Ahora como bloguero! Vamos bloguero viejo, nomás!
Y cuidate en las esquinas que no son lo mismo de antes...
Saludos..Camille
Releí mi comentario y observo la palabra "encajar".. La verdad que no la planeé. Pero creo que a la "dueña de la noche" le cae como el dedo al anillo..
No te aconsejo Torremolinos, famoso en la Costa del Sol. Chueca, en Madrid, es otra cosa. Besos :)
Que bárbaro, yo tengo menos noches... que cualquier persona.
Intenso todo, yo no conozco boliches ni nada de eso, pero lo describis de una manera como si los estuviera viendo.
Felicidades Reina de la noche.
Nunca dejes de tener ganas.
Anécdota estúpida: un día tuve ese mismo cuadro en frente; lo miré desde muy cerca y desde lejos, me parecía increíble tenerlo en frente. Así que chequeé que no hubiera ningún guardia cerca y hundí una de mis uñas en una parte rica en óleo, quería dejar mi marca... Al final no pude, no sé qué le ponen que lo dejan tán sólido, inpenetrable, sin ganas...
Chris, me da mucha envidia leerte, pero envidia sana, se entiende.
Yo me enamoré, decidí casarme y tuve poca cuerda para el ambiente, pero daría mucho por haber disfrutado algunos "sábados más" con vos por esos ámbitos.
Como dice Marga, hay un momento para todo, y yo creo que es tal cual así.
Igual no me puedo quejar, y lo que conocí fue con vos, el primer recital de Sandra allá cerca de La Plata, el boliche que allá visitamos, Marlene, y demás.
Siempre, inevitablemente, de tu mano.
Creo que en muchos momentos esa es tu cara más visible: eso de llevarnos de la mano a descubrir.
Gracias
Beso
Pao
con los diez años que te llevo, cambio bach por café de abril, cambio amerika por bunker, angels es el mismo de siempre y cambio sitges por Teleny y todo, todo suena tan parecido!.
Besos,
Sersh.
Marga: coincido plenamente con vos en que hay un momento para todo, creo que esa es la razón fundamental para que eso pueda ser un buen recuerdo.
Camille: sí, lo cuento con alegría porque así lo viví... es más hoy me da como ternura ese pibe que buscaba (que no está tan lejos che! pasaron nada más que 5 años jaja)
Gracias por tu elogio a mi escritura! :)
Respecto de encajar, se hace lo que se puede, vio? je! hay días y días...
Currito: Cuando vaya a la Costa del sol lo voy a tener en cuenta... pero por qué será que no lo recomendás... cuál será la diferencia para que sea otra cosa??
Carlita: es linda la vida bolichera, a mí al menos me gusta, todo a su debido tiempo, claro... pero creo que es una buena etapa de esta labor de crecer...
Reina de la noche... jaja... yo en esas épocas iba por la vida escuchando Reinas de pueblo grande y me sentía muy identificado con eso de "En aquellas noches largas" siempre me gustó trasnochar con los amigos, hablar en esa intimidad que da la noche... y yo en esos días intercalaba los boliches con madrugadas de amigos, que belleza todo eso...
Lou: Que flash ver ese cuadro!!! debe ser impactante... no te enojes, pero menos mal que no pudiste dejarle tu marca, yo no desmerezco tus marcas, pero no era esa... seguro que tus marcas sobre ese cuadro puedan ser otras formas de manifestación visuales (que tenés gran talento) que sean como intertextos de este cuadro...
Pao: Me quedé pensando en mi cara más visible. Luciana siempre me cargaba y que yo iba como diciendo "ven con nosotros a caminar" y que al primero que encontraba lo invitaba a tomar unos mates... debe ser así...
Ahora, con la historia de por medio, creo que la fase bolichera la podremos compartir desde otro lugar, como una visita, como una diversión... casi como de coté... sin meterse de lleno en la menesunda...
Ser: Que lindo tu mensaje! Sabés que lo sentimos parecido y que por eso hacemos "travesuras" como la de Caraza o las de Rosario... es que esa avidez por conocer personajes como "la prostática", "la mayonesa"... por pasar noches entre las travas de "El beso" o de "Transformation" es un placer compartido...
Gracias por seguir recorriendo como si fuera el primer día!
Besos para tod@s!!
Chris
Chris, el haber compartido la misma epoca provoco que se me haga carne el relato y lo sienta mio.
Gracias chango, cientos de recuerdos bailaron en mi cabeza y me trajeron un poco de felicidad sin fecha de vencimiento.
me di cuenta que extraño un poquitin todo eso...
besote enorme
york
que bueno haber vivido todo eso, hermoso relato, mientras te leia, saboreaba y recordaba mis propias expèriencias en el ambiente, y tb, como decis, todavia me emocionan ciertas voces...
buen blog, saludos querido!
York: que bueno lo que me decís. Es mucho más de lo que esperaba para el relato!... Besotes para vos también!
Hola Emperador! lo bueno es ver que en todo eso que parece tan acelerado, de repente tan frío, tan superfluo o poco "humano" está uno tan inmerso, tan con el corazón ahí... y que no es uno, ni dos... somos muchos!
Estaré pasando por tu blog!
Besos
Chris
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